El fuerte gasto en proyectos de infraestructura y las masivas inversiones en el extranjero han sido las características distintivas de la iniciativa, fortaleciendo las economías tanto de China como de los países socios en una relación de "ganar-ganar". Una de las características clave de la iniciativa es que, a pesar de la fuerza claramente desigual de los países miembros en comparación con China, la relación se basa en el estatus igual de todos los participantes.

Sin duda, el gran logro de la BRI ha sido mejorar la conectividad y la cooperación económica entre los países participantes en todo el mundo. Se han transformado carreteras, ferrocarriles, puertos y otras infraestructuras, estimulando el crecimiento económico, la expansión del comercio, la integración regional y una mayor estabilidad política. También ha fortalecido el Sur Global, creando un mundo más multipolar, menos dependiente de los ciclos económicos estadounidenses.

Así como la antigua Ruta de la Seda acercó a las civilizaciones oriental y occidental, la BRI ha reforzado la conectividad global, fortalecido los vínculos económicos y culturales y creado un modelo de desarrollo sustentado en principios de igualdad, inclusión y cooperación internacional. En una época de mayor peligro para la paz mundial, especialmente en Ucrania y Oriente Medio, esos principios son un raro rayo de luz.